Llevaba tiempo pensándolo, así que un día decidió autojubilarse, no al 100%, pero sí lo suficiente como para poder echar la llave a su despacho y prejubilar a su secretaria.

Antonio es abogado.

Una nueva vida sin horarios, reuniones, llamadas eternas y encima ahorrando en nóminas y alquiler. Qué felicidad!!

Al poco se encontró con que los clientes que había decidido mantener le llamaban a cualquier hora, podía estar dando un paseo, tomando el aperitivo o descansando.

A veces ni contestaba o lo hacía sin ganas.

La verdad es que esto no era lo que había planeado.

Pero tampoco quería deteriorar su buena imagen profesional.

Su exsecretaria estaba viviendo la placentera vida de la prejubilación y no quería ni oir hablar de oficinas, y él ni sabía ni quería hacer trabajo administrativo.

Quería disfrutar la vida, para eso se había jubilado.

Comentó con su hijo lo que le estaba pasando y este le habló de delegar en servicios online el trabajo administrativo.

Le pareció un tanto intangible este tipo de servicios, pero llevaba años agradeciendo las ventajas del acceso a internet. así que decidió bucear en la red y nos encontró.

Llamó a  holadō y nos explicó su situación. Fue muy fácil y rápido establecer un protocolo de trabajo con Antonio.

Sus prioridades eran, atención telefónica, redacción de textos, algún recordatorio de impagos y digitalización de recibos y facturas para enviar a su gestor fiscal.